Cuando el apego se confunde con amor

Ni tan cerca, ni tan lejos

Nuestra pareja parece estar siempre dispuesta a ayudarnos y a contenernos -al igual que nosotros a ella-, los conflictos casi no existen, la protección jamás queda fuera de lugar y las diferencias de opiniones no son motivos de discusión. Todos los indicios nos llevan a pensar que nuestro amor es incondicional. Pero ante tan­ta dependencia, nos preguntamos: ¿Realmente es amor? Y si no es amor, ¿qué es? ¿Apego? ¡Buen punto para analizar! A veces, los límites se desdibujan y el vínculo deja de ser fresco y espontáneo. Se convierte en una relación de apego, costum­bre e, incluso, comodidad, que puede tener su raíz en la niñez, en caso de que la necesidad de apego no haya sido satisfe­cha. Así, esta demanda del pasado se vuelve una realidad en el presente y nos obliga a basar nuestra vida en la pareja, con el resultado de perder la independencia y hasta algunos rasgos de nuestra identidad.

Es importante que lo tengamos en cuenta: los vínculos basados en el apego no tienen su raíz en el amor. Propongámonos que los pilares de nuestra pareja no pasen por ahí, sino que sean saludables y genuinos. Así, lograremos contribuir a que los role: de emisor y de receptor sean respetados.

amor o apego